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Co-dependencia emocional

Coloquio: "Co-dependencia emocional"

Dónde? Atención!!! cambiamos de "casa", estaremos en La Tetera, en Calle Carniceros 15 -Bajo (Barrio Velluters) Valencia. 

Cuándo? el Domingo 22 de Noviembre de 2015, a las 17:30 horasEl encuentro podrá extenderse durante varias horas, hasta la noche, pero cada persona se podrá retirar cuando lo considere oportuno. (No es necesario haber asistido a los primeros coloquios para poder apuntarse).

Para quiénes?  Este es un EVENTO GRATUITOabierto a todas las personas que tengan ganas de construir un "espacio protegido y confidente". El respeto y la actitud integrativa serán nuestras pautas basales. 
Qué haremos? Nos sentaremos en círculo y compartiremos un diálogo grupal. Vamos a hablar desde la propia emoción, desde la propia experiencia, confiando en que la "escucha" que nos recibe es una escucha implicada y comprensiva. 

Perspectiva: Esta será la reunión número 24. Cada persona puede asistir, dejar de asistir y volver a asistir cuando lo desee. En todos los casos, lo interesante es dejar abierta la posibilidad a que cada persona elija, según su ritmo y sus propios movimientos internos, la manera de involucrarse en este proceso.    

Estaremos sentadas/os durante un cierto tiempo, así que ven con ropa cómoda... Puedes traer un cojín para poner sobre la silla. Y si quieres, también puedes traer unos calcetines gorditos (o dobles) para poder descalzarte y no tener frío en los pies. Con el cuerpo reconfortado, sentimos y pensamos más felizmente...


Reflexión: 

Se acerca un nuevo domingo "coloquial", y esta vez, además de nuevos relatos, nos espera una nueva casa, porque muy amablemente, "La Tetera" nos abre sus puertas (GRACIAS a todas esas Tetas de la Tetera!!). Y a efectos de continuar con nuestro rico proceso de seducción grupal, esta vez nos propondremos la excusa de hablar sobre "Co-dependencia emocional". Un poco, también, al hilo de nuestro anterior eje temático, "Los Celos". 

Sería interesante empezar por puntualizar que cierto grado de dependencia representa la normalidad. Y que, a su vez, la "normalidad" no es otra cosa que un umbral de "acostumbramiento cultural" (social e históricamente condicionado). Partiendo de aquí, diremos que todas las personas somos dependientes y que incluso, algo relativo a nuestra condición existencial, nos pone en la tesitura de la interdependencia (especialmente, de cara a la auto-preservación). 

¿Cómo podemos identificar un alto grado de dependencia en nosotras? Bueno, toda vez que nos encontremos "demasiado pendientes" de una decisión ajena. Siempre que nos observemos "dudando en exceso" con respecto a nuestro propio criterio. O cuando experimentamos un tipo de identificación muy estrecha (sospechosamente estrecha) con alguien (y lo atribuimos a la coincidencia o a los designios del amor). 

Las formas de la co-dependencia tienen un sinfín de anatomías conductuales, sobre todo porque los criterios individuales "suceden" a los "criterios colectivos". Es decir, creamos, o mejor dicho, vamos creando nuestro sentir, a partir de dinámicas de interacción social. De modo que, mirando desde una perspectiva "primigenia", nuestro "centro emocional" (nuestro criterio más personal, nuestra sensibilidad), siempre es "tierra robada", siempre es un terreno apropiado. Y dichos procesos de "apropiación" suelen ser complejos, dinámicos y contradictorios. 

Afortunadamente, tenemos la posibilidad de ir entendiendo, a lo largo de la vida, que cada persona es, básicamente, OTRA PERSONA. Y de esto va todo, o casi todo. De advertir a tiempo, en tiempo real (sobre la marcha de las gestualidades), cuándo estamos poniendo (entre la otra persona y nosotras) un telón de "fantasías". Este telón, hasta un cierto punto, es inevitable, porque los seres humanos no paramos de contarnos "cuentos" en relación a todo lo que parece existir a nuestro alrededor. 

Pero claro, si el "telón" en cuestión (el cuento) es un velo que colorea sutilmente, a modo de recurso fotogénico, vale, bien, estaríamos ante un grado asumible de distorsión de la realidad. Muy en cambio, si en nuestro mundo se cuelan "ídolos" con facilidad (si el "telón de fantasías" es como un bastidor de excitaciones tecnicolor), entonces, antes o después estaremos abocadas a un proceso de frustración importante. En otras palabras, la "independencia emocional" (en términos puros) no existe, pero sí podemos observar, valorar, regular y finalmente intervenir sobre nuestros reflejos de dependencia, a efectos de aprender a moderarlos. 

¿Y cómo se construye una psique con altas cotas de dependencia emocional? Es fácil, muy fácil. Tome usted a un ser humano, cójalo preferentemente a una edad temprana, y eduque a esa persona con ejercicios de ANULACIÓN sistemática. Hay muchas maneras de anular y todas la personas hemos recibido algo de "eso". Ya sea en nombre del progreso capitalista, o en nombre de algún dios de turno, o en nombre de los valores cívicos, morales, o "de clase", etc... En definitiva, en nombre algún paradigma de integración y asimilación social. La socialización es una forma de anulación pero con "promesa de premio" al final del camino (por ejemplo, el "sentido de pertenencia", para seres tan gregarios como los humanos, representa toda una recompensa).

Imaginemos, así como para acortar camino, lo que significa la construcción activa de los géneros (según el esquema binario aún vigente). Llegar a "Ser Mujer" (por ejemplo) representa el cumplimiento de toda una saga de ítems asociados a anular ciertos comportamientos. De hecho, entre las prescripciones que cifran el estándar "Mujer", se contempla el aprender a expresar un alto grado de dependencia emocional. Y del "éxito" de este adiestramiento, se desprende toda una corriente de "corazones rotos", inexplicablemente rotos e irreversiblemente rotos. 

Una persona, cualquier persona, debidamente anulada, si no traba a tiempo un pacto de amor consigo misma, caerá y recaerá en las arenas densas de la dependencia. El problema, entre otras cosas, consiste en que acabamos aprendiendo que el amor es un deporte donde la marca perseguida se mide en "unidades de dependencia". Y por supuesto, por esta senda, quien consiga la "mejor marca", estará (idefectiblemente) en el pasillo de la AUTO-NEGACIÓN. 

Si tras una crianza predominantemente "anuladora" (fruto de las carencias, la falta de cuidados o la incontinencia afectiva) (o fruto de una "sobre-protección", que es también la otra cara de la "anulación" individual), decía, si tras una crianza "no basada en la escucha y la negociación", saltamos al mundo del amor romántico, hallaremos el formato perfecto para escenificar en bucles el tiovivo del "YA NO ME QUIERES COMO ANTES". El amor es un ESTADO DE ATENCIÓN, no debemos olvidarlo... y no debemos olvidar que dicha atención tiene por objeto el aprendizaje, el ensayo o la mera experimentación. Es decir, a veces necesitamos "desatender" para ampliar el espectro de variables en la ecuación. 

Que seamos capaces de rodear todo lo que vamos viviendo con un halo portentoso de palabras grandilocuentes, no significa mucho más que eso. O sea, que somos bichos hablantes, ruidosos, y que "hacemos palabras" para hacer acuerdos (para hacer el amor y las alianzas del sostén recíproco). Pero buena parte de esos acuerdos se basan en un presupuesto teórico cuyo punto de partida es el miedo, se basan en una idea de "continuidad y permanencia" demasiado ortopédica. Y podemos optar por el cumplimiento de esa ortopedia, aduciendo fidelidad a un ideal, por ejemplo, pero en tal caso, iremos pagando cuotas (cada vez más altas) de "desmotivación". 

Quizás no es que ya "no querramos tanto a alguien", sino que estamos necesitando DISPERSAR NUESTRA ATENCIÓN para ensayar un nuevo escenario de pruebas. Eso es la vida, psicológicamente hablando, la vida es un entrenamiento hacia la complejidad, sin más. La rigidez y el inmovilismo reducen el "Yo", lo secan, lo vuelven frágil. Esa idea que vamos teniendo sobre nosotras mismas (el "Yo"), si es más difusa, más amplia, más vaga, más húmeda, más porosa, más indefinida, y a la postre, más abarcativa y blanda, podrá contener experiencias y soluciones más versátiles. Soluciones de vida, soluciones de satisfacción. 

Amar, la capacidad de sentir amor, es un talento que nos mueve hacia el aprendizaje, hacia lo diverso, hacia la complejidad. Obviamente, el amor no es alguien en particular. Solemos confundir la creatividad con las expresiones circunstanciales de un ensayo determinado. Así como solemos tener más miedo del que necesitamos realmente. Dependemos porque hemos asumido que amar es completarnos en la "otredad". Y aunque esto puede ser así en un momento dado, en verdad sólo forma parte de un MOVIMIENTO TEATRAL INCONSCIENTE. 

Nos suele parecer fácil identificar otras dependencias como dañinas, a las drogas, por ejemplo. Sin embargo, estableciendo una escala comparativa, la dependencia emocional es una "sustancia" mucho más severa. Las horas, la ansiedad, las esperas frustrantes, los maltratos, los gestos de auto-negación... El hecho de pasar el día esperando un mensaje de aprobación, o la adicción a las redes sociales. El hecho de dejar de asistir a un sitio sólo porque alguien en particular no tiene interés por acompañarnos, etc, etc... La dependencia emocional es la verdadera madre de todas las dependencias.

¿Y cómo podemos remover la dependencia? Podemos operar sobre ella, identificándola, poniéndole nombre, haciéndola visible a través, por ejemplo, de las palabras. Buscando representarla, actuándola, burlando su lógica (su aparente lógica de seguridad afectiva). Debemos saber que la dependencia nunca es unilateral, sobre todo si "funciona" a mediano y largo plazo en una relación. Así como no podría existir una "psicología individual" (ya que la individuación es el producto de unos vectores de presión estructural), tampoco es viable pensar en la dependencia como un asunto individual (aunque a efectos terapéuticos pueda nombrarse bajo este canon). 

Así como toda PSICOLOGÍA, en última instancia, es SOCIAL, también podría decirse que ciertas "patologías" no son otra cosa que el reflejo de un "orden comunitario" insostenible (que se expresan en el ámbito de lo individual, pero no por ello son propiamente individuales). Concretamente, si en una pareja, por ejemplo, una de las personas expresa mucha dificultad (un alto grado de dependencia emocional) y la relación tiene ya un cierto recorrido (en términos de tiempo compartido), debe considerarse que la dependencia, en ese caso, es un asundo relacional, necesariamente. 

Desde otro ángulo, esto viene a significar que si nos encontramos en un vínculo afectivo de mediano o largo recorrido temporal, y la "otra persona" expresa dependencia de manera estructural, debemos considerar que nosotras estamos tan afectadas como esa "otra persona". Explícitamente: que somos tan dependientes como esa persona. Sólo que, en la división tácita de roles, es la "otra persona" quien asume la portavocía del esquema patológico. Y por inducción, así es como debe pensarse, en general, ante cada expresión individual, siempre que esa expresión haya podido CONSTITUIR UN SISTEMA de funcionamiento a través del tiempo.

Es por ello que se habla de "Co-dependencia emocional" y no simplemente de "dependencia". Porque si un comportamiento tendente a la dependencia halla su nido de contención (y eso pervive durante un cierto tiempo), la dependencia se vuelve "co-dependencia" (aunque muy posiblemente, dentro de la pareja exista una consciencia común -y un discurso- muy diferente al respecto). 

Bien... nos espera un domingo de confianza, intimidad y escucha sensible... Y como siempre, nos vamos a cuidar...

Con el ánimo de remover todos los rincones de nuestras dependencias, nos veremos (y sobre todo, nos sentiremos) en breve... SALUD!



Condiciones:

Si quieres enriquecernos con tu presencia, es necesario que envíes un mail indicando tu nombre completo y tu intención de participar a la siguiente dirección: cristianyapur@yahoo.com.ar

Debes tener en cuenta que el aforo será limitado y que las inscripciones se realizarán "por orden de llegada". Por lo tanto, responder con cierta prontitud será la mejor manera de asegurarte la plaza.

Si habiéndote apuntado, te surge un imprevisto y no puedes asistir, te pido encarecidamente que lo expreses, así otra persona podrá aprovechar tu lugar. Te lo pido por favor, avisa con la mayor antelación posible. 

El acto de solicitar la participación es intransferible, es rigurosamente personal. Es decir, no inscribas a otras personas, en todo caso pasa la información y que esas personas actúen por sí mismas.
Ahhh... y además, ten en cuenta el traer una botella de agua y frutas o frutos secos (o lo que quieras) para compartir una merienda breve a mitad del coloquio. 


Si te apetece, puedes reenviar esta invitación (pero de manera muy puntual, no masivamente).

Muchas Gracias por tu interés...